Hoy escribo desde el corazón, porque hay palabras que merecen ser dichas. En este Día del Padre, quiero agradecer a tres hombres que, a su manera, han dejado una huella en mi vida y en la de mi hijo: Ricardo Ordóñez, Yonatan Castillo y Rojo Mejía.
A Ricardo Ordóñez, mi papá. No crecimos juntos, pero eso no borra lo que somos. La vida no siempre nos da tiempo, pero sí nos da vínculos que, aunque silenciosos, siguen vivos. Gracias por existir, por ser parte de mí, por estar presente aunque el camino haya sido diferente. El amor entre padre e hija no siempre se mide en presencia, a veces se mide en el espacio que el otro ocupa en el corazón.
A Yonatan Castillo, mi esposo y el padre de mi hijo: gracias por estar ahí, por aprender y crecer junto a nosotros. Verte ser papá me ha enseñado que la paternidad no se trata de saberlo todo, sino de estar dispuesto a amar, a escuchar, a cuidar. Nuestro hijo tiene en ti a un padre que juega, que enseña y que protege. Gracias por no soltar la mano, por estar incluso en los días difíciles.
A Rojo Mejía, mi padrastro, gracias por ser parte de mi vida. No tuvimos muchas palabras, ni tantos momentos compartidos, pero tu presencia ha sido importante. A veces, el cariño se construye con la sola decisión de quedarse, de acompañar, aunque no siempre se diga. Te agradezco lo que has sido para mí, incluso en silencio.
Hoy celebro a los tres. Tres hombres, tres historias distintas, tres formas de amor. Y a cada uno les digo, con el alma: gracias.
Bello bello bello. Happy fathers day a los 3🥰🥳
Gracias por tus sabias palabras, Martha O. Sarabia. No podría sentirme más identificada con lo que expresas. Gracias, desde lo más profundo de mi corazón, por abrirte con nosotros y poner cada parte de tu alma en cada palabra escrita. Eres grande, Martha, muy grande. Y ese camino que crees vislumbrar no es más que el comienzo de todo lo que te espera. Tu futuro está lleno de éxitos infinitos. Enhorabuena!